martes, 24 de junio de 2008

Y un día se nos fue "el mudo"


Consultado sobre que era el tiempo, san agustín respondió que él sabía la que era mientras no tuviera que definirlo, porque era incapaz de hacerlo.
Como definir al más grande de los cantores de nuestro país y uno de los más grandes de todos los tiempos. No hay palabras que puedan estimar la estatura de un hombre que errante en las sombras hizo llorar al mundo cuando se fue hace 70 décadas. Logró que cines enteros aplaudieran de pie mientras exigían, con amenazas de violencia, que se repitieran las escenas en las que el "morocho de abasto cantaba.
No sé cual es la razón por la que me embarga el ánimo escucharlo. Siento que esa voz es única, aun con la fritura de la época en que grabó. Sigue arrancándome lágrimas escuchar la belleza con la que cada palabra se engarza entre bandoneones o guitarras de forma perfectamente armónica. No hay errores. Es único, aun hoy en tiempos de MP3.



(fotos) http://www.gardelweb.com/

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