miércoles, 4 de junio de 2008

Un problema de agenda

Casi 90 días de conflicto con el campo y no hay una solución a la vista. El gobierno sigue dando señales de estar quieto. Cristina en europa tratando de mostrar al mundo que no hay un conflicto que preocupe, cristina en foros latinoamericanos tratando de interceder en conflictos regionales como una persona que insta al diálogo.
Acá en el país siempre su marido tratando de mantener la iniciativa.
Se reune, con gremialistas moyanistas y los gordos menemistas que ahora son del palo K. Se reune con organizaciones piqueteras; lo repite con la plana mayor del PJ y con lo que haya del resto de lso políticos K, radicales, socialistas y hasta un MPN.
La mayor parte de todos ellos tiene una imagen rufianesca y solo algunos pocos son potables para el digestivismo social.
Mientras tanto el campo tomó las tapas de los diarios, las mejores de horas de la TV y de la radio y cuanto mail haya en forma de cadena, es tambien rural.
El campo, que no es el campo (es una sinécdoque de casi todos los problemas) copó la parada. se mueve. Tiene reflejos rápidos, más rápidos que los del gobierno. Es una liebre compitiendo contra un mamut....casi petrificado.
El gobierno no logra desbancar al conflicto de su sitial, no logra asir las vueltas de la sociedad, sino que corre detrás de ellas. Cristina no es lo mismo que Néstor. Néstor se mueve, mal o bien, lo hace. Cristina todavía está en gateras interpretando lo que sus asesores (maritales o no) le indican. Ella no tiene pragmatismo. Sigue siendo legisladora.
Está mal el arguemento del ejecutivo para justificar las retenciones?. No creo que así sea. me parece perfecto. Solo que no se aplicó bien, no se lo hizo en el momento justo y sobre todo: NUNCA SE DIALOGÓ. El gobierno no sabe hablar. El campo si. El gobierno habla a traves de Anibal Fernández, Alberto Fernández y Florencio Randazzo. El campo habla a través de todos sus estamentos. El gobierno se recluye y pierde. ese espacio vacío lo copa el campo y sus dirigentes.
El gobierno no logra marcar la agenda argentina. Cuando lo haga quizás el conflicto termine por el bien del país.

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