Se unen los radicales con la coalición cívica (Elisa Carrió) y ambos con los socialistas. Un nuevo frnete con "aspiraciones de largo plazo". Siguen siendo lo habitual: políticos cerca de elecciones. Declaman ellos, más algún otro aliado, que el objetivo es limitar el poder del matrimonio gobernante que se ha convertido en una bestia sin horizontes. Puede ser que lo logren, solo si pueden cuajar en el desencanto de argentinos que ven como los yerros gubernamentales liquidan sus esperanzas y se fundamentan en la debilidad institucional adrede y en la soberbia repugnante de este gobierno.
Sin embargo puede ocurrir lo contrario. Ellos en su unión acaban de convertirse en lo que el kirchnerismo necesitaba: un enemigo. la fortaleza se hace con enemigos a quién golpear y si se toma en cuenta que la imbecilidad cortoplacista de alianzas anteriores puede reproducirse nuevamente, Néstor Kirchner está en el buen camino para convalidar en las urnas su forma de gobernar. Muchas malas experiencias preceden esta nuva coalición, Kirchner lo sabe y hoy los acusó de golpistas y de ser la nueva derecha argentina. Permítame la sonrisa. Pero me es imposible ver que carrió o el socialismo son de derecha. Más bien este gobierno fundado en la manutención de ciertos status quo se acerca a ese agravio. Aunque este gobierno ha hecho más de siniestras que de diestras.
En conclusión. esta nueva alianza tiene más visos de fracaso que otra cosa, pero este gobierno que se desgrana con el correr de los días parece aferrarse a este salvavidas para poder subsitir. la evolución de la política en los próximos meses, sobre todo en el verano permitirá ver con más claridad. Pero hay que señalar que Von Clausewitz está a la orden del día.
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