jueves, 6 de diciembre de 2007

Según un estudio, el orden de nacimiento afecta en la personalidad y el intelecto

Según un estudio, el orden de nacimiento afecta en la personalidad y el intelecto

Un estudio realizado con 250.000 jóvenes consolida la teoría del orden del nacimiento, formulada en el siglo XIX por Francis Galton, primo de Darwin, que plantea que los hermanos tiene diferencias en las capacidades y actitudes de acuerdo al orden en que nacen.

Dicha teoría acaba de recibir el espaldarazo de un estudio de la Universidad de Oslo y el Instituto de Salud Ocupacional de la capital noruega, que, en colaboración con el servicio médico del Ejército de ese país, analizaron los niveles de inteligencia de cerca de 250.000 jóvenes de 18 y 19 años.

Según la teoría que Galton que diagramó en 1874, la educación y la crianza de los hijos tiene mucho que ver con las singularidades: las que uno trae de nacimiento, las que forjan la personalidad y las que, según algunas investigaciones científicas, se desprenden del orden que los hermanos ocupan en la familia.

Las conclusiones, publicadas por la revista Science, no dejaban lugar a dudas: el primogénito tiene un cociente intelectual (CI) 2,3 puntos por encima del segundo, y éste aventaja en 1,1 puntos al tercero. El CI de los primeros es también mayor que el de los hijos únicos. Pero la máxima nota se aplica asimismo en los casos de segundos y sucesivos hermanos que hayan sido educados como primogénitos por muerte o ausencia de éstos.

Pero la teoría del orden de nacimiento, desarrollada con éxito dispar por una legión de psicólogos desde Alfred Adler, discípulo de Freud, en 1920, no sólo se ocupa del coeficiente intelectual. También la teoría dice que de acuerdo al orden de nacimiento, según sea uno primogénito, hijo mediano o pequeño -el hijo único mezcla rasgos de los extremos-, así será su personalidad.

A grandes rasgos, en el reparto el primero se lleva el conservadurismo, el respeto a las expectativas y los valores paternos y el perfeccionismo. El mediano tarda en decidir qué quiere hacer con su vida -frente al mayor, que la encarrila muy pronto- y desarrolla más relaciones con iguales que jerárquicas. El menor, por su parte, es la bohemia y el riesgo; divertido y encantador, puede ser también más débil que los otros.

"El orden de nacimiento no es determinante en ningún caso, pero sí tiene importancia -señala Victoria del Barrio, profesora de Psicología de la Personalidad de la UNED-. Suele decirse que el hijo mayor es el más adulto de todos, el receptor de valores paternos. Pero con el nacimiento de nuevos hijos, la dedicación y el entusiasmo que los padres ponían en él va mermando; otros niños, sobre todo si son muy seguidos, reclaman su atención. Así, a medida que nacen más vástagos, se debilita la educación parental, que es jerárquica, a favor de una dinámica horizontal, entre iguales, los hermanos", explica.

En virtud de la atención dedicada -máxima al primero; más escasa al último, ese que según el dicho popular "se cría solo"-, Del Barrio detalla la existencia del síndrome del primer hijo, o hijo adulto, "más apegado a los padres"; el síndrome del mimado (el menor, "que tiene bula y al que se considera pequeño durante más tiempo") y el síndrome del hijo mediano, "o patito feo, el que más facilidad tiene para desarrollar emociones negativas, pero también el más sociable de todos", según esta profesora.

Según una máxima autoridad mundial en la materia, el profesor Frank J. Sulloway, del Instituto de Investigación Social y de la Personalidad de la Universidad de Berkeley, el hecho de que un hermano destaque en algo, por ejemplo en los estudios, lleva a los restantes a excluir esa característica. Es como si cada hermano tuviera que encontrar un sitio: tras un hermano muy estudioso, el siguiente puede ser muy deportista, por ejemplo".

Con respecto a la inteligencia privilegiada del primer hijo, la explicación parece clara: es su cercanía a los padres y adultos, tanto como su papel de tutor o guía de los siguientes hermanos, "lo que cognitivamente le supone una mayor oportunidad de desarrollo. El CI del primogénito o el hijo único -un poco más elevado el del primero-, el mayor desarrollo de su lenguaje, se explican por la mayor atención recibida", afirma la catedrática Díaz-Aguado, para quien esta teoría se sustenta en dos pilares: la cantidad y la calidad de la dedicación parental y el reparto de papeles entre hermanos.

CI al margen, no todo son ventajas, porque los primogénitos también tienen su cruz: "Sus expectativas son muy elevadas, así que les va a costar asumir fracasos", apunta Díaz-Aguado. Es decir, habituado al liderazgo, al manejo de papeles asimétricos, verticales, puede naufragar cuando las reglas del juego se imponen entre pares. "El segundo hijo y los sucesivos suelen pasar más tiempo con niños", añade Díaz-Aguado.

De todos modos, como subraya María José Díaz-Aguado, los rasgos asociados al orden de nacimiento son "una relación de probabilidad, no de causa-efecto. Es decir, que el hecho de ser primogénito o el hermano menor no determina necesariamente una característica, sino que incrementa la probabilidad de tenerla".


FUENTE: Ambitoweb

3 comentarios:

  1. Ηi thеrе friends, good aгtіcle anԁ gooԁ uгgіng commented
    at thіs plaсe, I am aсtuаllу enjoyіng bу these.



    Take a lоok аt my ωeblog ... simply click the up coming document
    my web page: Harambee.Student.Utwente.nl

    ResponderEliminar
  2. I thought thiѕ prоѵiԁe was the partіculаr sweеtest factor еver.


    my weblog ... green smoke trial

    ResponderEliminar
  3. Hoωdy! This poѕt сouldn't be written any better! Reading this post reminds me of my old room mate! He always kept talking about this. I will forward this page to him. Pretty sure he will have a good read. Many thanks for sharing!

    my blog post ... http://www.sfgate.com/business/prweb/article/V2-Cigs-Review-Authentic-Smoking-Experience-or-4075176.php

    ResponderEliminar