lunes, 28 de enero de 2008

Cuestionan la fiabilidad de los alcoholímetros por no poder ver su código fuente

Parece claro que la fe ciega en la tecnología es cosa del pasado. El signo de los tiempos es cuestionarlo todo, y con más motivo aún si de tal cuestionamiento puede depender que un sujeto vaya o no a la cárcel.

Por eso se está poniendo de moda en Estados Unidos la "defensa del código fuente" en relación a los alcoholímetros utilizados por la policía para determinar si un sujeto conduce bajo los efectos del alcohol.

Y es que los abogados norteamericanos niegan la mayor: ¿Quién garantiza que los alcoholímetros dan una medida ajustada a la realidad? ¿Acaso alguien ha visto su código? Los fabricantes de los alcoholímetros más utilizados en Estados Unidos (y cabe imaginar que lo mismo ocurre en el resto del mundo) consideran el código de su software un secreto comercial, por lo que nadie puede verificar si funcionan de forma correcta o si por el contrario el código es una chapuza, capaz incluso de invalidar los datos medidos.

Por eso, a petición de los abogados defensores, empieza a convertirse en práctica común solicitar al fabricante que muestre el código que hace funcionar el aparato, algo a lo que generalmente el fabricante se niega y que suele conducir a la desestimación de la causa...

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