jueves, 19 de noviembre de 2009

'Gracias' y esas cosas...

Hoy, en mi recorrida por diarios y noticias, me encontré con una noticia curiosa en diario español EcoDiario. En la noticia se comenta un estudio de una universidad de Valladolid que 'demuestra' que las personas amables son más felices. Estoy totalmente de acuerdo con el estudio: una persona amable contagia y modifica a su entorno, una persona que no es amable solo recibe lo que da y se mete en un círculo vicioso. Esto me dio a pensar que es muy importante formar personas amables desde que son niños.
Los que nos codeamos con el ámbito educativo sabemos que hay algunas cosas que son imprescindibles para formar personas, y sobre todo, para formar buenas personas.
Un niño educado será un adulto respetuoso, tolerante y preparado para convivir con los demás. Es erróneo pensar que la educación es la preparación académica e intelectual de una persona. Más allá de esto, es la forma acertada de comportarnos en sociedad y de interactuar con personas de todas las edades, razas y estratos sociales. Por ello la buena educación no tiene nada que ver con la posición social o el nivel económico.
He comprobado en muchas (y más que muchas!) ocasiones que se educa mucho más con el ejemplo que con la tiza. Cualquier docente de nivel primario recibe a principio de año un grupo de niños, cada uno con sus particularidades y cada uno con sus modales adquiridos. A lo largo del año lectivo, es responsabilidad del docente poner un granito de arena en la educación del niño. Le enseñará a sumar, restar y escribir, pero nunca debe olvidar que está ayudando a formar una persona. Aunque a veces no lo parezca, los niños son una esponja y absorven todo lo que uno les dica y les da; muchas veces no hay acuse de recibo y parece que les da lo mismo los modos y palabras que uno utiliza en la comunicación, pero la semilla queda plantada y regándola todos los días crecerá.
Es un pensamiento bastante común pensar que la escuela es la única responsable de la educación de los niños, y puedo asegurarles sin lugar a dudas que este pensamiento es erroneo. Cada segundo que un niño pasa con un adulto es un segundo en el cual aprende, y más que nada, en base al ejemplo.
Así que la proxima vez que pidan a un niño algo, no olviden que el 'por favor' y 'gracias' van a ayudar a que sea más felíz en el futuro.

VIA: EcoDiario.es, Padres del siglo XXI

No hay comentarios:

Publicar un comentario