viernes, 12 de octubre de 2007


El sol es demasiado poco para el frío y ese campo árido, lleno de hierbas secas no es la promesa de una buena tarde.
Espinas y ramas crecen inertes entre toneladas de yuyos. Apenas se ven unas casamatas rústicas y unos ladrillos de adobe señalan que alguna vez esa estructura derruida fue una vivienda. Ahora, sin techo y sin aberturas, se torna perfecta para el devenir de un simulacro de guerra.
Somos 10: 5 por lado y nos entregan trajes. Rezagos militares que no se diferencian prácticamente unos de otros, pero leves y sutiles diferencias forman y dan identidad a dos equipos. Unos tienen experiencia, otros ganas. TODOS tienen adrenalina.
"Ustedes comienzan de este lado -grita el árbitro- el otro equipo en el lado opuesto". Lentamente caminamos cansinos y el sol castiga los hombros de los camouflados en tonos marrones. Apostamos que aquellos, los adversarios de tonos verdes, padecen la fuerza de Efebo también.
"Deben eliminar al otro equipo -vuelve a bramar ese hombrecillo, que al igual que su mujer, fungirá de árbitro en este simulacro de guerra- después intentarán tomar la casa (se refiere y señala la estructura de adobe) y para terminar deberán capturar la bandera del otro equipo"... suena el silbato y los chistes previos se apagan en el crujido de los yuyos secos que reciben nuestros pasos o cuerpos a tierra.
Nos arrastramos, corremos entre bordos y nos volvemos a revolcar olvidándonos que hay pasturas secas y ásperas o ramas sueltas que se empeñan en picharnos y martirizarnos.
Las máscaras de protección facial nos permiten ver..... levemente porque se empañan con la respiración... todo es silencio y solo llegan los ruidos apagados y confusos de pasos o el viento o algún pájaro...solo se escuchan rumores confusos entre lso que pretendemos descifrar si el enemigo está por atacar...
Transpiramos y dejamos el control de nuestros cuerpos a la tensión ... a la adrenalina.
lejos, o cerca, no logro descifrar la distancia, suenan estampidos apagados. sordos. sin ecos.
La veo venir, fugaz y describiendo un arco en el aire. Es imposible esquivarla y me pega de lleno en mi hombo izquierdo. Bajo mi cabeza, me risgno y levanto mi brazo. Estoy "out" del primer round.
La primera bola de pintura me pegó a mi. No hubo respuestas físicas ante la sorpresa. Me inunda la bronca. No pude disparar uno solo de los 200 tiros posibles en mi marcadora. Suerte que en 10 minutos, no más, cuando termine el primer round comenzará la toma de la casamata de adobe. Un grupo, que no es el mío, la intentará defenderla y mi equipo asaltarla.
Esto es más sencillo, ya entendí el juego.
Tanto el segundo juego como los siguientes la guerra ficticia tendrá a mi equipo como vencedor.
Fueron tres horas y media y 5 rounds de combate simulado entre dos equipos de 5 personas. Un primer jugo desordenado y los otros cuatro con tácticas diseñadas. Un perfecto ajedrez en un terreno de una hectárea de una vieja chacra acondicionada con estructuras de madera y ramas, además de aquella estructura de adobe que rige el centro del campo.
Cada integrante del equipo usa un traje (pantalón y camisa) de un traje camouflado, un par de guantes, un cuello de polar, una máscara de protección facial y una gorra que para un equipo será blanca y azul para el otro. El arma una marcadora. es una pistola semiautomática que impulsa bolitas de pintura amarilla de témpera con un mecanismo de gas comprimido. otras armas, la paciencia, la astucia, el compañerismo, la puntería y la estrategia.
Uno de los mejores juegos que he conocido. luego de las tres horas y media, la relajación absoluta, cansancio y un gozo terrible en el alma.

1 comentario:

  1. Aguantá que en febrero se incorpora un nuevo soldado (aunque todo depende de que le aprueben el presupuesto para el 2008)

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